
Lección 82. «La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.
No dejes que me olvide de mi función.»
Huang, cruzó la puerta con los puños apretados y sin escuchar a lo que su madre le decía ,se dirijió a casa del maestro samurai de la región:
Maestro–dijo Huang-. Necesito urgentemente saber cómo usar una espada para vengar la muerte de mi padre, este odio no me deja en paz, no veo luz para continuar.
–Claro -dijo el maestro sin inmutarse-, pero necesito que me hagas un favor, debo llegar hasta la cima de aquella colina, podrías ayudarme a cargar esos costales, y cuando lleguemos,te prometo que te enseñaré.
Huang pensó que era lo justo y sin decir palabra tomó los costales pesados y ambos emprendieron el viaje. Aunque tuvo cierta inquietud por saber que contenían, no preguntó nada, Empezó a subir, pero pesaban demasiado, la cuesta hacia que resbalara y sus piernas le temblaban. Exhausto, soltó costales y dijo. -No puedo más! : ¿ Maestro , que demonios contienen?
El maestro sin inmutarse , tomó los costales, los abrió y sacó de su interior montones de piedras que arrojó cuesta abajo diciendo: Ah, sólo piedras sin valor!! Al ver aquella escena Huang gritó como loco:
– ¡Qué, he venido hasta aquí soportando este cansancio, cargando esos costales inútiles que sólo contienen piedras sin valor, y que aparte no sirven para nada. ¡Acaso está usted loco!
Sin cambiar su rostro tranquilo contestó:
– ¡Qué, has venido hasta mí, para aprender el arte de la espada cargando ese odio y pretendes encontrar paz? ¿Quién es el loco aquí?
Suelta rencores, son como esas piedras, no te permitirán alcanzar tu objetivo.
Cuando sueltas miedos el mundo no pesa.
Huang lo comprendió y volvió a casa en paz.-
El rencor es hacer fotocopias del dolor.
No cargaré como Sisifo una roca eterna. «No me valdré de mí razonamiento para ocultarme a mí mismo mi función»
PD. Cuando Huang llegó a su casa y abrió una carta que el maestro le había dado al despedirse: ~Huang significa «luz brillante». Acabas de encontrar lo que buscabas. Tu eres la paz que anhelas y el mundo espera.
Y13
Robert Adams: TERCER PRINCIPIO DE LA REALIZACIÓN DEL SER (2)
Así que tienes que ser consciente de la no egoidad de todas las cosas. Los animales no tienen ego, los minerales no tienen ego, los vegetales no tienen ego y los humanos no tienen ego. No hay una causa, por lo que no puede haber un efecto. Sólo hay consciencia divina, y todo se convierte en la consciencia divina. Así que, si miras a tu prójimo, a los animales y a todo lo demás como siendo sin ego, los verás como a tu Ser. ¿No puedes verlo?