Lección 83. 24 marzo
«Mi única función es la que Dios me dio.
Mi función y mi felicidad son una.»
Dios es felicidad y hacer la función que me pide es lo más natural.
Lo simple es ser feliz, y parece complicado porque creo estar en un lugar lleno de opuestos donde debo esforzarme para estar en paz.

En un lugar de la India el joven Anand tenía dos grandes vasijas colgadas a los extremos de un palo con las que llevaba agua desde el arroyo hasta casa de su patrón.
Una estaba nueva y perfecta y conservaba todo el agua durante el trayecto. La otra tenía varias grietas y siempre llegaba con la mitad de agua a destino.

La vasija nueva estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para el fin que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de lo que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada habló al aguador diciéndole: –“Estoy avergonzada y me quiero disculpar porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que debieras recibir».

El aguador sonrió y le dijo compasivo: –“Cuando regresemos a la casa quiero que te fijes en la flores que crecen a lo largo del camino.”

Así lo hizo la tinaja y vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero eso no le quitó la pena de su mal hacer.

El aguador le dijo entonces:

– “¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y sembré semillas de flores por donde vas. Todos los días las has regado. Si no fueras exactamente cómo eres, no podías haber hecho tu función. Gracias! ”

La vasija recorrió feliz cada día el camino hacia el arroyo.

Hacer lo que Dios me pide es felicidad.

«Mi percepción de esto no altera mi función.
No me valdré de mí confinamiento para justificar una función que Dios no me dió.»

Es buen momento para recordar que somos la misma Mente y, aún en la sensación de distancia temporal , nuestro vínculo es eterno.

Usaré mís quebraderos para regar de perdón mi camino. Y ser feliz.
Hoy honraré tu Creación, Padre
Y13

Robert Adams: TERCER PRINCIPIO DE LA REALIZACIÓN DEL SER (3)
Es el ego lo que causa separación. Cuando estoy lleno de ego, me hago fuerte dentro de mí. Me vuelvo totalmente separado. Así que, cuanto más te gustas como persona, más grande es tu ego. Dices: «Entonces, ¿Yo no debo gustarme a mí mismo?». Debes amarte a ti mismo, pero ¿de qué yo estamos hablando? No estamos hablando de tu yo-cuerpo, porque éste va y viene. Estamos hablando de tu Ser permanente, que siempre ha estado aquí. Y tu Ser permanente es yo, eres tú, es el mundo, es el universo, es todo… eso es tu ser permanente, no es egoidad. Ése es el único momento en que puedes amar a tus semejantes, cuando no tienes ego. Así es como puedes saber dónde estás, si estás cerca de la autorrealización.

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